
Síntomas Menos Conocidos


En cualquier búsqueda rápida en internet, sobre síntomas de la perimenopausia/menopausia, los síntomas más mencionados siempre son los bochornos, aumento de peso, cambios de humor, etc. Sin embargo, así como cada cuerpo es diferente, los síntomas no serán los mismos para todas las mujeres.
La perimenopausia se define como ese período de tiempo donde los niveles de las hormonas como el estrógeno y progesterona, fluctúan constantemente. El estrógeno disminuye con el tiempo, teniendo picos altos y bajos, que impactan la salud. Entonces, dependiendo de si tienes un estrógeno más alto o más bajo, pues los síntomas variarán.
La simple disminución del estrógeno causa estragos, talvez por veces imperceptibles si no sabemos que ya entramos en la perimenopausia, pero si te conectas con tu cuerpo, con tus ciclos menstruales, cada vez podrás sentir esos pequeños cambios.
Los síntomas menos conocidos físicos, pueden ser:
- Escozor en los oídos: A medida que el estrógeno disminuye, las mucosas del cuerpo se secan, y esto causa el escozor. El picor es en el canal del oído y puede ser muy molesto. Para mí, primero empezó con temporadas cortas, luego, ahora, es todos los días que tengo escozor en los oídos.
- Escozor en el cuerpo: La piel se va secando y puede que ciertas áreas del cuerpo más susceptibles, como la planta de los pies, los talones o el rostro, se sequen con más rapidez.
- Ojos secos: El mismo principio aplica, debido a la disminución de estrógeno que afecta las mucosas diversas del cuerpo, el ojo seco puede ser un síntoma de esa caída de estrógeno.
- Cambios en el apetito: Las fluctuaciones del estrógeno afectan las hormonas que regulan el hambre (leptina y grelina), y esto puede producir o más hambre o menos hambre, dependiendo en qué parte del ciclo te encuentras y si el estrógeno aumenta o disminuye.
- Cambios en el tracto urinario: La disminución del estrógeno puede afectar los tejidos de la uretra y la vejiga, lo que conlleva a tener ganas de orinar con más frecuencia, tener incontinencia, o contraer infecciones urinarias con más facilidad y sin razón aparente.
Los síntomas menos conocidos a nivel emocional, pueden manifestarse como:
- Ansiedad: Aquí entra la progesterona y sus niveles variantes, puede producir o aumentar la ansiedad en la fase lútea del ciclo menstrual.
- Menos resistencia al stress: Similar a lo anterior, la progesterona juega un rol importante para mantener la capacidad de aguantar stress. Es en esa fase lútea que lo que antes era manejable, de pronto, abruma con más facilidad. Esto puede repercutir en situaciones de trabajo y el manejo del stress.
- Insomnio: En la misma línea, los disturbios del sueño como dificultad para quedarse dormida, despertarse varias veces durante la noche, despertarse antes de tiempo, no poder conciliar el sueño, despertarse en medio de la noche con ansiedad...son parte de la caída de la progesterona.
- Enojo repentino: Las fluctuaciones de las hormonas puede ocasionar que un día te encuentres contenta y satisfecha con tu vida, y al día siguiente, te irrite y te moleste todo y todos a tu alrededor. Definitivamente algo muy molesto, cuando sabes que tu vida está bien pero de pronto, se te acaba la paciencia y la tolerancia con cualquier situación y/o persona.
En estos últimos síntomas, una rutina de mindfulness, de meditación, de respiración consciente, hacer cualquier tipo de ejercicio, comer de forma balanceada, etcs, puede ayudar a manejar los síntomas. El hecho de que dejes de tener paciencia no significa que tu enojo esté justificado en cualquier circunstancia, es decir, si alguien te enoja no significa que tengas que explotar en ese momento porque tus hormonas andan locas...es un causante sí, pero no un excusante.
Al final de todo, por arriba del cuerpo, tenemos consciencia, y podemos apoyarnos en prácticas espirituales y que nutran nuestro Ser para poder, de alguna forma, manejar esos cambios de humor que por veces, se sienten demasiado bruscos e inmanejables.
En mi caso, por lo menos en esa fase lútea, cualquier ruído me parece molesto, si se me quedan mirando, me enoja, si escucho a los vecinos alzar la voz...me molesta inmensamente. Es como si tuviera tolerancia cero para los ruídos mundanos e interacciones que no me interesan. Definitivamente es cuando ese Mr. Hyde (del libro, El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr- Hyde) quiere salir a la luz. Y me toma un gran esfuerzo, volver a mi centro, a mi sensatez.
Sólo recuerda que, si te encuentras pasando por esos momentos, por sobre tu cuerpo, está tu consciencia, ese Yo, verdadero Yo, quien lleva el timón.
Cmc.