Propósito de Vida

01-07-2021
DHgate.com
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Alguna vez te has preguntado sobre la razón por la cuál estás aquí, aquí en esta tierra, en este tiempo, teniendo esta vida?

Yo sí, muchas veces. Desde siempre. Desde pequeña sentí que tenía una misión o algo que hacer en este mundo, que mi vida, como era, tenía un propósito. Simplemente lo sentía así y me parecía natural pensar en eso. 

Claro, pasan los años y creces y te llenas de muchas creencias que te convencen que tal vez no es así. Que no eres nadie en especial. Que te dicen, ¿quién eres tú para tener esos sueños o aspiraciones? Que sólo eres una persona más en todo este mar de personas que llena la tierra.

Aunque, nunca me quedé satisfecha con esa respuesta. Algo dentro mío aún soñaba, aún me decía que sí, que sí tenía un propósito, que mi vida tenía un significado...sino, ¿para qué carajos estaba aquí?...El creer en existir y llevar una vida cualquiera sin más ni menos, sin olas ni temblores, sin aventuras ni desventuras...nunca me encajó.

Fui y busqué respuestas en muchas partes. En personas, en hobbies, en trabajos...alguien allá afuera debería saber, alguien allá afuera seguro tenía mi respuesta. Estudié en la universidad y nada. Fui muchas veces de fiesta y nada. Conocí personas diversas y nada. Hasta hice teatro...pero aún no tenía una respuesta clara.

Fue cuando comencé a pelear y competir en artes marciales que me sentí más cerca a algo más grande que yo, más conectada a eso que quería encontrar. Fue una etapa dura, intensa, con altos y bajos...muy bajos. Con muchas emociones y desafíos, pruebas de carácter y determinación. El camino del guerrero. Me convertí en alguien que nunca imaginé ser. Hice cosas que nunca pensé que yo haría. Fue divertido por un tiempo y luego dejó de serlo y dejó de tener significado. Y dejé de tener una pasión verdadera. La pasión que una vez sentí, la conexión que una vez sentí se desvaneció en el éter. Y sólo me quedaron lágrimas y dolor crónico en varias partes del cuerpo.

 Cuando decidí terminar esa etapa y seguir con mi vida...¡a otra cosa mariposa!, como decimos en mi país, no tenía a nadie, a parte de mi familia, con quien realmente conversar y reponer mis armas. Me había sentido como una peleadora, una guerrera por tanto tiempo que se me había olvidado lo que era simplemente vivir con calma, con serenidad, con confianza en la vida y en eso más grande que uno. La única amiga que aún me quedaba fue mi perra pastora alemán, Charlize. La dormimos poco después de mi decisión de dejar las artes marciales y esa lucha. Estaba muy enferma. Sin embargo, en los últimos meses que pasé con ella, entendí el mensaje que había estado dándome todo ese tiempo. Ella vivía en el presente y nos amaba sin más. Así le regañáramos, no dejaba de amarnos. Su amor fue incondicional. Su presencia me marcó. Y cuando se durmió para siempre, lloré tanto...nunca había llorado así por nadie. Y he perdido personas muy queridas. Para mí, los animales realmente están más conectados que nosotros. Aún la extraño. Fue la amiga que necesité cuando no tuve a nadie que pudiera entenderme. 

Sin embargo, entendí que era eso, amor, lo que buscaba. Entendí que era amor adonde quería siempre ir. En donde siempre quería terminar. Que era amor lo que quería que me guiara. Adonde sea, con quien sea. Cerca o muy lejos. Sólo eso, ese amor inconfundible, esa sensación que te calienta el centro del pecho, el corazón, que te aterriza en el presente y te dice que todo está realmente bien. Que te susurra al oído y te dice, que siempre eres suficiente, que siempre estás protegido y seguro, que todo lo que sueñas realmente puede hacerse realidad. Que tu vida tiene un significado y que talvez, el ir a la aventura, en busca de ese significado es parte de ese propósito. Por donde se sienta bien, por donde se sienta natural, por donde se sienta que eres bienvenido...por ahí siempre es. 

Aún sigo en esa búsqueda. Desde mi perspectiva, el propósito de vida es algo que se da por capítulos. Empiezas uno, lo cierras. Empiezas otro, lo cierras...y así sucesivamente, hasta llegar a eso que realmente enciende tu corazón, eso que hace que pienses en tu alma y en cosas místicas. 

Así que, mi antorcha es por donde sienta amor. Allí voy.

Cmc. 

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