Reflexión honesta: 10 años después
Hace 10 años, tenía 30. Era peleadora profesional, entrenaba todo el tiempo, trabajaba como traductora freelance, daba clases privadas. Vivía en modo acción. Me gustaba el esfuerzo, la disciplina, el empuje. Pero aun así, cada vez que me veía en el espejo —o en un reflejo cualquiera— me encontraba gorda. Y estaba delgada.